APRENDIZAJE EMOCIONAL
El desarrollo de nuestra lengua materna está relacionado a nuestro ambiente, en entornos favorables se observa un desarrollo adecuado y ágil en el aprendizaje del lenguaje.
Un entorno favorable para el educando es aquel que cuenta con cariño, cuidados, estímulos y atención por parte del educador; un entorno no favorable, cuenta con adversidades, violencia y una falta de cariño total hacia los infantes, lo cual genera un rechazo emocional y mental hacia la adquisición de toda información.
En Beyond E-Motions logramos que los estudiantes aprendan no solo el léxico, sino también a expresarse emocionalmente, a sentir lo que dicen y a poder expresar su entorno de la misma manera que lo hacen en su lengua materna.
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Al implicar las emociones en el proceso de aprendizaje de los estudiantes, conseguimos que aprendan a escucharse, a descubrirse y a encontrarse a sí mismos en esta nueva lengua.
EMOCIONES
Todos los seres humanos experimentan las mismas emociones, aunque las vivencian y expresan de maneras diferentes. Desde nuestro nacimiento, e incluso desde el estado de gestación, somos inherentemente seres emocionales. Nuestras emociones juegan un papel crucial en la regulación de nuestra vida diaria. Ciertamente, las emociones pueden ser negativas o positivas y cada una de ellas desencadena comportamientos específicos en nosotros, provocando reacciones particulares según la situación.
EMOCIONES NEGATIVAS
Ira
Ansiedad
Tristeza
Vergüenza
Aversión
Entre otras
EMOCIONES POSITIVAS
Alegría
Humor
Amor
Felicidad
Entusiasmo
Entre otras
Las emociones se sienten de manera muy personal y, aunque a menudo no somos plenamente conscientes de ellas, se manifiestan en nuestra expresión facial, nuestra postura corporal y en estados mentales específicos. Estas influyen en nuestro estado de ánimo y motivación, así como en nuestro carácter y conducta. Además, las emociones provocan reacciones fisiológicas al estar vinculadas con hormonas como el cortisol y la noradrenalina, y neurotransmisores como la dopamina y la serotonina. Estos cambios bioquímicos pueden alterar el apetito, el sueño y la capacidad de concentración.